El objetivo de este propósito es que las personas pongan su fe en acción a fin de alcanzar una nueva vida. Para lograrlo, es fundamental que primero ocurra la transformación interior y después en los demás aspectos.
Y el primer paso rumbo a una nueva vida es el arrepentimiento…
Porque sin él la barrera entre un individuo y Dios continuará impidiendo esa transformación total. No obstante, cuando hay humildad de reconocer sus debilidades y vivir sinceramente conforme a Su orientación divina, se construirá un puente que dará acceso a una nueva vida.
Cabe destacar que remordimiento y arrepentimiento no son lo mismo.
La Biblia registra que este lugar ha sido el escenario de hechos milagrosos e impactantes. Pero, espiritualmente hablando, simboliza el inicio de una nueva vida con el Señor Jesús.
Para dos grupos de personas:
Quien no ha tenido una verdadera experiencia con Dios seguirá con una vida de recaídas, dolor, fracasos y sufrimiento.
Por eso, la Hoguera Santa es una oportunidad para quien quiere cambiar el rumbo de su presente, descender al Jordán espiritual y encontrar una nueva vida. Hay males que son del alma (como la falta de paz, vacío, buscar bienestar a través de vicios, etc.) y solo Él con Su presencia las puede sanar.
La Biblia cuenta la historia de Naamán (2 Reyes 5:1-17), un general que, a pesar de su poder, enfrentaba una enfermedad que en el pasado era incurable: la lepra. Pero, a través de la obediencia y humildad, encontró su milagro de sanidad.
Hoy, esa lepra representa los problemas actuales que enfrentan aquellos que ya nacieron de Dios, como problemas en el matrimonio, hijos rebeldes o en las adicciones, deudas, dificultades económicas, etc.
Para este grupo de personas, la Hoguera Santa es la oportunidad para que busquen la posesión de las promesas divinas que, por derecho, son suyas.
Económicamente no se puede comprar nada de Dios, pero al hacer un voto de fe, se demuestra la confianza en Él, con base en lo que está escrito en Su Palabra.
Ningún milagro de Jesús fue realizado por la fe sin la acción del sacrificio: «Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras» (Santiago 2:18). No se trata de cantidad, sino de calidad.
El sacrificio perfecto involucra el alma de cada uno. La decisión es personal. Primero consulte con el Espíritu Santo para hacer algo que represente el esfuerzo y la confianza en Dios. Cabe señalar que las donaciones son única y exclusivamente para el funcionamiento y continuidad de la obra de Dios.
Si quiere participar, haga clic aquí para hacer su voto de fe en línea.
O bien, si desea realizarlo físicamente, descargue la hoja de petición correspondiente a su situación, imprímala y llévela junto con su voto a la Universal más cercana, haga clic aquí para localizarla.